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Foto del escritorAngeli Tola

El miedo. Educar a los niños para vivir sin miedo

El miedo es una de las siete emocione básicas, junto a la alegría, la tristeza, el enfado, la sorpresa, el asco y el amor. Todas las emociones ocurren de manera natural en las personas, forman parte de nosotros y tienen una importante función adaptativa. Las emociones negativas, aunque nos puedan provocar sensaciones no tan agradables como las positivas, son muy importantes y saber gestionar éstas emociones es fundamental para nuestro bienestar presente y futuro.

El miedo

El miedo es una emoción que aparece cuando valoramos una situación como amenazante o peligrosa. El miedo es una emoción que pone en marcha una serie de respuestas fisiológicas y conductuales que tienen el objetivo de salvaguardar la integridad física y/o emocional y mantenernos a salvo del peligro. El miedo por lo tanto, cumple una función importante para la supervivencia.

Cuando el miedo nos controla

Pero el miedo, como las demás emociones, puede convertirse en disfuncional, esto ocurre cuando no somos capaces de controlar el miedo, cuando lo negamos y dejamos que el miedo en lugar de cumplir su función crezca en nuestro interior. Es entonces cuando podemos tender a valorar como peligrosas situaciones que no lo son, e incluso algunas que anticipamos antes de que se produzcan. En estos casos el miedo puede provocar respuestas de ansiedad e incluso convertirse en fobia. Si esto ocurre el miedo nos controla y no nos deja funcionar en nuestro día a día.


El miedo en los niños y niñas

En el caso de los niños y niñas, el miedo es normal. En los primeros años de vida aparece lo que se conoce como miedo evolutivo. Este miedo es natural y forma parte del desarrollo natural y sano de nuestros niños y niñas, cumpliendo una función muy importante para la supervivencia y el bienestar de los pequeños. En estos casos no debemos alarmarnos demasiado, el miedo cumple una función necesaria para su desarrollo y no debemos darle más importancia. Es más, debemos educar a los niños y niñas para que sean capaces de identificar y gestionar de manera adecuada sus miedos y de este modo ayudarles a enfrentarse a ellos.


¿Cuándo el miedo en los niños y niñas se convierte en un problema?

Pero ¿cómo diferenciamos este miedo evolutivo normal de un tipo de fobia o miedo problemático? No siempre es fácil diferenciar los miedos de nuestros pequeños, pero para ello podemos seguir algunas sencillas pautas:

  • El miedo es problemático cuando interfiere en el funcionamiento diario de nuestros pequeños. Cuando supone un obstáculo para su vida diaria: actividades escolares, sociales, relaciones, juegos, salir de casa, etc.

  • El miedo es problemático cuando es demasiado intenso y frecuente.


Educar a los niños para vivir sin miedos

  • No presiones al niño o niña para que se enfrente a sus miedos. Se trata de una gestión personal, que parte del conocimiento de uno mismo y de los propios miedos. Se trata de acompañarlos y proporcionarles apoyo para que cuando estén preparados puedan enfrentarse a ello.

  • No aumentes sus miedos. En muchas ocasiones nos puede parecer gracioso asustar a los niños y niñas e incluso usar el miedo como medida disciplinaria.

  • Habla con ellos y ayúdales a identificar sus miedos y las causas de los mismos. De este modo, sin presiones les ayudamos a que poco a poco puedan desmantelarlos y controlarlos ellos mismos.

  • Refuerza su autoestima y la seguridad en sí mismo, para ello permíteles que desarrollen su autonomía.

  • Acompáñales en sus miedos, no dudes en abrazarles y tranquilizarlos. No les presiones, trátalo con naturalidad, tampoco les incites a negar su miedo. La compañía les ayudará a superarlo y darse cuenta de que no es para tanto.

@Angelica Vega Tola / Educadora


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